La tala de una cultura
- 25 febrero, 2018- Por Susana LaraLas topadoras de Vialidad contra las rukas mapuche
Un sector del territorio ancestral mapuche ubicado en Villa La Angostura (sur de Neuquén) y al menos dos familias de una comunidad están amenazados por el avance de una obra vial nacional y un juicio federal de desalojo pendiente.
A pesar de una acción de amparo interpuesta por una segunda comunidad también afectada por la obra, Vialidad Nacional interrumpió el diálogo iniciado a instancia de organizaciones del pueblo mapuche y reactivó la acción legal de desalojo.
La tala del bosque nativo para la apertura de la ruta de circunvalación —obra que atraviesa el ejido municipal destinada al tránsito pesado desde y hacia Chile—, llegó a pocos metros de las rukas (casas) de dos familias integrantes de la lof Paisil-Antriao. En 2013 Vialidad decidió el inicio de las acciones legales contra todos los habitantes de las tierras ubicadas sobre la traza que no hubieran llegado a un acuerdo económico con el Estado, por la expropiación e indemnización correspondiente.
Las familias integradas por Vanesa Buchile, Andrés Fuentes y sus tres hijos (Mañke, Neyen y Leftxaru); y Silvina Quintriqueo, Jesús Hernández y sus dos hijos (Marilyn y Ezequiel) viven en un sector del antiguo lote pastoril N 9 conocido como Xaynco (unión de las aguas) por las vertientes naturales que aún no han sido afectadas por la urbanización. También se conoce el lugar como “El álamo” por las viejas plantaciones de las familias que ocuparon por décadas ese espacio hasta que en 1999 los descendientes de Paisil y Antreao comenzaron su proceso de reconstitución como pueblo mapuche, conformaron una comunidad y reivindicaron el lote 9 como su territorio ancestral.
Silvina Quintriqueo y su familia frente a la ruka (casa)
Xaynco tiene cuatro vertientes que forman el arroyo Paisil, que vierte sus aguas al Nahuel Huapi unos cientos de metros más abajo. Este curso será afectado si avanza la apertura de la traza tal como está diseñada. También caerá bajo las palas cargadoras la formación boscosa que es el único corredor natural que sobrevive para unir el monte del cerro Belvedere con la costa del lago, espacio de vida de especies endémicas en riesgo como el monito de monte, entre otros.
La circunvalación está precedida por un debate impulsado por organizaciones ambientalistas de la región, en el que se impuso la razón de mercado por unir ambos océanos. El desmonte abrió tajos en suelos de ladera muy frágiles, en el que el negocio de la madera nativa es uno más de los intereses que intervienen junto al inmobiliario. Además esta obra es un caso más de negación lisa y llana de los derechos del pueblo mapuche por parte del Estado nacional. No se realizó la consulta previa, libre y debidamente informada prevista por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos originarios, que en Argentina tiene rango constitucional. El conflicto se profundizó hacia fines del año pasado, cuando Vialidad Nacional no sostuvo la mesa de diálogo abierta a instancias de la Confederación Mapuche del Neuquén y, en cambio, reactivó la demanda de desalojo que se tramita en el juzgado federal de Zapala.
El problema de la solución al problema
La ruta nacional 40 atraviesa actualmente el centro de Villa La Angostura, ocasionando serios riesgos con el tránsito pesado. La circunvalación reubica un sector de esa ruta, para lo que fue necesario derribar bosque nativo y afectar ladera de cerros. Ya dentro del espacio del antiguo lote 9 reivindicado como territorio mapuche ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), entre otros organismos públicos, la traza afecta un bosquecito con maqui, quintral, caña colihue, ñire, radal, entre otras especies nativas, muchas de ellas de uso medicinal (lawen). El pájaro carpintero y el monito de monte, así como el zorro gris, son otros habitantes nativos cuyo derecho a la vida también será arrasada en nombre del comercio bioceánico y la salida al Pacífico.
Las dos familias resguardan el área del ufko (vertiente), de alto valor espiritual para el pueblo mapuche, además de innegable valor medioambiental en un mundo con escasa agua dulce potable sin contaminar. También es invalorable que los niños jueguen en el espacio abierto del territorio de la comunidad, aunque ya están a pocos metros el personal y las máquinas de la UTE Codi SA–Conevial SA–Vial Agro SA.
La demanda por el desalojo de las dos familias y demolición de sus rukas se tramita en el juzgado federal de Zapala a cargo de Silvina Domínguez. Por esta misma obra presentó un amparo la comunidad Kinxikew, ubicada sobre el brazo Huemul del Nahuel Huapi, a unos 45 km del centro de Villa La Angostura, por donde pasa la ruta nacional que se presume deberá ensancharse.
En la presentación judicial hecha en 2016, Vialidad sostiene que “las personas demandadas no poseen título alguno que las autoricen al uso del lugar, por lo tanto ostentan la calidad de instrusos”. Es decir, Vialidad desconoce no sólo a la Paisil-Antreo, sino a los propios dictámenes del INAI sobre esa comunidad que ocupa y reivindica el espacio territorial otorgado en propiedad a Paisil y Antreao en 1903 en la colonia agrícola-pastoril Nahuel Huapi.
En la foto principal, Vanesa Buchile amamanta a su hijo. Las fotos son de Andrés Fuentes.
La tala del bosque nativo para la apertura de la ruta de circunvalación —obra que atraviesa el ejido municipal destinada al tránsito pesado desde y hacia Chile—, llegó a pocos metros de las rukas (casas) de dos familias integrantes de la lof Paisil-Antriao. En 2013 Vialidad decidió el inicio de las acciones legales contra todos los habitantes de las tierras ubicadas sobre la traza que no hubieran llegado a un acuerdo económico con el Estado, por la expropiación e indemnización correspondiente.
Las familias integradas por Vanesa Buchile, Andrés Fuentes y sus tres hijos (Mañke, Neyen y Leftxaru); y Silvina Quintriqueo, Jesús Hernández y sus dos hijos (Marilyn y Ezequiel) viven en un sector del antiguo lote pastoril N 9 conocido como Xaynco (unión de las aguas) por las vertientes naturales que aún no han sido afectadas por la urbanización. También se conoce el lugar como “El álamo” por las viejas plantaciones de las familias que ocuparon por décadas ese espacio hasta que en 1999 los descendientes de Paisil y Antreao comenzaron su proceso de reconstitución como pueblo mapuche, conformaron una comunidad y reivindicaron el lote 9 como su territorio ancestral.
Silvina Quintriqueo y su familia frente a la ruka (casa)
Xaynco tiene cuatro vertientes que forman el arroyo Paisil, que vierte sus aguas al Nahuel Huapi unos cientos de metros más abajo. Este curso será afectado si avanza la apertura de la traza tal como está diseñada. También caerá bajo las palas cargadoras la formación boscosa que es el único corredor natural que sobrevive para unir el monte del cerro Belvedere con la costa del lago, espacio de vida de especies endémicas en riesgo como el monito de monte, entre otros.
La circunvalación está precedida por un debate impulsado por organizaciones ambientalistas de la región, en el que se impuso la razón de mercado por unir ambos océanos. El desmonte abrió tajos en suelos de ladera muy frágiles, en el que el negocio de la madera nativa es uno más de los intereses que intervienen junto al inmobiliario. Además esta obra es un caso más de negación lisa y llana de los derechos del pueblo mapuche por parte del Estado nacional. No se realizó la consulta previa, libre y debidamente informada prevista por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos originarios, que en Argentina tiene rango constitucional. El conflicto se profundizó hacia fines del año pasado, cuando Vialidad Nacional no sostuvo la mesa de diálogo abierta a instancias de la Confederación Mapuche del Neuquén y, en cambio, reactivó la demanda de desalojo que se tramita en el juzgado federal de Zapala.
El problema de la solución al problema
La ruta nacional 40 atraviesa actualmente el centro de Villa La Angostura, ocasionando serios riesgos con el tránsito pesado. La circunvalación reubica un sector de esa ruta, para lo que fue necesario derribar bosque nativo y afectar ladera de cerros. Ya dentro del espacio del antiguo lote 9 reivindicado como territorio mapuche ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), entre otros organismos públicos, la traza afecta un bosquecito con maqui, quintral, caña colihue, ñire, radal, entre otras especies nativas, muchas de ellas de uso medicinal (lawen). El pájaro carpintero y el monito de monte, así como el zorro gris, son otros habitantes nativos cuyo derecho a la vida también será arrasada en nombre del comercio bioceánico y la salida al Pacífico.
Las dos familias resguardan el área del ufko (vertiente), de alto valor espiritual para el pueblo mapuche, además de innegable valor medioambiental en un mundo con escasa agua dulce potable sin contaminar. También es invalorable que los niños jueguen en el espacio abierto del territorio de la comunidad, aunque ya están a pocos metros el personal y las máquinas de la UTE Codi SA–Conevial SA–Vial Agro SA.
La demanda por el desalojo de las dos familias y demolición de sus rukas se tramita en el juzgado federal de Zapala a cargo de Silvina Domínguez. Por esta misma obra presentó un amparo la comunidad Kinxikew, ubicada sobre el brazo Huemul del Nahuel Huapi, a unos 45 km del centro de Villa La Angostura, por donde pasa la ruta nacional que se presume deberá ensancharse.
En la presentación judicial hecha en 2016, Vialidad sostiene que “las personas demandadas no poseen título alguno que las autoricen al uso del lugar, por lo tanto ostentan la calidad de instrusos”. Es decir, Vialidad desconoce no sólo a la Paisil-Antreo, sino a los propios dictámenes del INAI sobre esa comunidad que ocupa y reivindica el espacio territorial otorgado en propiedad a Paisil y Antreao en 1903 en la colonia agrícola-pastoril Nahuel Huapi.
En la foto principal, Vanesa Buchile amamanta a su hijo. Las fotos son de Andrés Fuentes.
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